miércoles, 3 de marzo de 2010

DEs cu Br i miento

Hildemaro es un muchacho de aquellos, de trompo y de metralla, viaja a doscientos kilómetros, mientras sus pies, ligeros y alados, llenos de suciedad, describen su cuerpo como una especie de mono gigante, que se golpea en el pecho para demostrar su fuerza y muy de vez en cuando saluda fuertemente al vecindario.
Jesica y su cuerpo se abalanzan, sus senos, grandotes, tienen la posibilidad de sobrevivir a la frenada bestial de las combis, mientras sus manos se enredan lentamente en su pelo mal peinado, en una trenza imposible; su rostro es una sustancia inservible, una proyección de su ego.
Los celos, la manera de asirla por la cintura, de romperla a jirones, de ir sacándole el alma en cada beso, en cada lengüetazo, que su cuerpo recibe como una tortura necesaria.
Plaza Iquitos
Han ido consumiendo en el calor, la frescura de sus cuerpos, la liga del sostén que ya no resiste más, el peso de los años, la gente, que camina sin sentido: mirándolos, con la tensión de una telenovela barata, con la expectativa de una pelea, de un grito altisonante… pero entonces se concretan la acciones, se cierran los pactos, habrá un tregua temporal: caminan hacia un hotel.

3 comentarios:

  1. ¡Estás de Suerte!
    ¡Quedas invitado a la inauguración de un nuevo blog!
    ¡LAS CRÓNICAS DEL NAZCA: UNA MIRADA DESDE LA OTRA VEREDA!
    ¡Te esperamos! (Trae canchita, Frunas de guanábana o Halls de tuna.)

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  2. OE TIO SI NO TIENES MIEDO LEER NI TE IMPORTA TU EGO POETRISTE INGRESA ACA: www.panoaburrirme.blogspot.com

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